La Unidad en Investigación a partir de la Diversidad

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La Unidad en Investigación a partir de la Diversidad (Publicado en Revista Divulgativa UBA)

 

En los últimos tiempos, en la educación superior venezolana se han dispuesto como prácticas institucionales, la realización de trabajos de grado en el nivel de especialización, maestría  y  doctorados que conllevan, en muchos casos, tratamientos metodológicos variados, que van desde la elección del tipo y /o modalidad de la investigación, la configuración de la población, unidades de análisis e informantes, la selección de las técnica y el diseño de instrumentos, en la cual se incluyen los procesos de validación y confiabilidad de las mismas, para culminar con el planteamiento de las numerosas técnicas de análisis a aplicarse en los estudios.

 

Sin ánimos de polemizar acerca de los razonamientos compartidos o no, de diferentes colegas que gerencian cátedras de metodología de la investigación, asesoran diferentes tipos de trabajos de grado y/o tesis doctorales o, en última instancia, fungen como evaluadores (jurados) de tales manifestaciones intelectuales, es importante señalar, que unificar criterios para dictar asignaturas de índole metodológica, asesorar  producciones intelectuales o evaluarlas, a partir del manejo de conceptos reduccionistas, es sumamente arriesgado por cuanto dicha empresa comporta el riesgo de parcelar, atomizar y radicalizar la producción de conocimientos.

 

Es así como se observa a profesores discrepar sobre algún procedimiento metodológico instrumental, o sobre la forma como se registra un antecedente; en otros momentos, jurados que se contradicen en sus evaluaciones sobre el mismo tópico, así como también, contraponen  impositivamente sus criterios, ante la posible creencia de que su posición es la correcta. Los cuantitativistas, preconizan y defienden a ultranzas los procedimientos de medición, no están de acuerdo con significaciones comunicacionales por considerarlas vacías o carentes de confirmación empírica evidente; para ellos, el cálculo estadístico es lo fundamental y la muestra de unos resultados, graficados de múltiples maneras, con un alto nivel de racionalidad positivista, constituyen el éxtasis de la investigación.

 

Hecho contrario sucede con los cualitativistas. Estos privilegian la actividad comunicacional, van mas allá del hecho evidente; actúan sobre la interpretación de la esencia de los mismos, no desconocen la ayuda de los números, pero si tienen que decidir, se van por el texto y el discurso histórico, social, literario o de otra índole, porque le encuentran mayor significado a los efectos de precisar resultados de investigación.

 

En tal sentido, lo importante es colegiar las dos posiciones, tal como lo expone Cook y Reichardt (1997) cuando dice que “Hasta ahora ha quedado clara la necesidad de colaboración en paridad de posibilidades metodológicas entre los dos enfoques. Se trata de buscar acuerdos y colaboraciones en aquellos puntos compatibles; pero conviene no confundir las dos perspectivas...” (p.14)

 

Los defensores de las dos posiciones han generado múltiples discusiones, algunas con una gran carga teórica, otras no salen de lo eminentemente empírico; sin embargo, una cosa es cierta, cada uno de ellos pudieran tener razón si su práctica metodológica es soportada por amplios conocimientos epistemológicos. De igual modo, aun cuando no compartan otras posiciones, tengan la suficiente madurez intelectual para entenderestas, comprender sus procedimientos, aceptar sus resultados y criticar científicamente los aportes generados.

 

En el momento que lo anterior se logre, se habrá constituido la unidad en investigación a partir de la diversidad de sus procesos. Cuando se unifiquen criterios en relación con la praxis investigativa a partir de la comprensión, la crítica objetiva o subjetiva de los procesos de indagación en forma científica y la aceptación como válidos de los resultados originados de estudios abordados  mediante la aplicación de variados paradigmas de investigación, se conseguirá en forma muy concreta, aquel deseo de los diferentes círculos intelectuales académicos constituidos en las universidades, el cual se plantea en los siguientes términos: “Vamos a unificar criterios para.....”. Esto para evitar lo que Beveridge (1996) en forma muy puntual precisa como “... la tendencia humana a juzgar casi todos los asuntos de acuerdo con sus propias experiencias, conocimientos y prejuicios, antes que con la evidencia presentada” (p.165)

 

Pienso que la estandarización de esquemas y procedimientos, la instrucción sobre como deben realizarse o cumplirse actividades instrumentales de investigación o la desestimación de otras formas de ver lo que se debe explicitar en tal o cual aspecto, del capítulo I o II de una investigación, no confluirá en la unificación de criterios, porque siempre permanecerá subyacente la cultura particular y reduccionista con la cual cada docente, investigador o evaluador subraya los procesos y  productos intelectuales.

 

De ahí que sea necesaria la actualización permanente del docente investigador, pero no como una persona capaz de dictar una cátedra de metodología, de asesorar trabajos o tesis doctorales o  de evaluar, como jurado, un determinado trabajo de investigación. Por el contrario, la actualización implicará, a  mi modo de ver, la internalización conciente de una actitud abierta y permanente hacia la unificación de criterios,   de tal manera que el investigador o tesista detecte, evidencie y sienta que al asumir paradigmas de investigación no ortodoxos, no tradicionales, tendrá un docente, un asesor, un evaluador consustanciado con la multiplicidad epistémica suficiente para realizar una labor empática, crítica y realmente científica. 

 

                                                                                        Dr. Otoniell Granados *

 

*Doctor en Ciencias de la Educación

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